Para Aristóteles, las tragedias llevaban a los personajes a situaciones extremas del alma y de las emociones para que, así, el autor pudiera comprender qué comportamientos debería llevar a cabo el ser humano para intentar redimirse. Es decir, la finalidad de las tragedias siempre era dar un mensaje de ética o moral que ayudara a la sociedad a comprender qué camino se debe y no se debe llevar.
En términos generales, las tragedias griegas nos explican una sucesión de historias desafortunadas que le ocurren a un personaje en concreto. En estas obras se habla sobre los grandes temas de la humanidad como, por ejemplo, la existencia del destino, el castigo de los dioses, la envidia, la soledad, etcétera. Son obras que, aunque estén protagonizadas por personajes concretos, no dejan de ser modelos sociales con los que se intenta crear un modelo social a seguir o a evitar. Es por este motivo que los dioses están siempre presentes en estas tragedias ya que son los que tienen el poder divino y los que terminarán haciendo caer la balanza hacia un lado u otro.
Características principales de las tragedias griegas
El coro en la tragedia griega
Por supuesto, una de las características de la tragedia griega más destacadas es la existencia del coro. Era un grupo de personas que encarnaban a un personaje concreto de la obra y que, con cantos y música, indicaban los mensajes de los dioses o explicaban al público las partes de la historia que no se veían sobre el escenario.
Las máscaras de la tragedia
Tenemos que tener en cuenta que, en el teatro de la Antigua Grecia, los espacios de representación eran de grandes dimensiones y que acaparaban a un público multitudinario. Por tanto, los actores tenían que hacer uso de máscaras y disfraces que consiguieran transmitir mejor las expresiones y las emociones que los personajes estaban experimentando. Estas máscaras estaban elaboradas de corcho o de lino y expresaban dolor o tristeza.
El número de actores
Las tragedias contaban con un elenco pequeño de actores. De hecho, lo habitual era que fueran dos los que aparecieran al principio de la obra y tres al final. Eso sí: las mujeres no podían actuar en la Antigua Grecia, todos los papeles, incluso los femeninos, eran realizados por hombres. En la gran mayoría de las obras, los personajes no salían y entraban de escena si no que estaban presentes sobre el escenario durante toda la representación.
La estructura de la tragedia griega
Este subgénero teatral contaba con una estructura muy concreta y marcada. Aquí te dejamos cómo estaba configurada este tipo de pieza:
Prólogo: el inicio de cualquier tragedia se realizaba con un prólogo que contenía un monólogo o un sencillo diálogo y que presentaba el tema de la tragedia.
Paródos: a continuación, entraba el coro y realizaba lo que se conoce como "el canto de entrada", es decir, la primera canción de este personaje.
Episodios: son como los actuales actos teatrales y, normalmente, una obra se dividía entre 3 y 5 episodios.
Estásimo: después de cada episodio tiene lugar este elemento trágico en el que el coro comenta o reacciona ante los sucesos que han tenido lugar sobre el escenario.
Éxodo: es el final de la obra y tiene lugar al final del último episodio. Se trata de la última canción del coro y con la que este personaje sale del escenario.
Los 3 autores de las tragedias griegas más destacados
Esquilo (525/524 a. C.- 456/455 a. C.)
Para muchos estudiosos, Esquilo es el "padre" de la tragedia en la Antigua Grecia. Su influencia se pudo ver en otros autores posteriores como es el caso de grandes nombres como Sófocles o Eurípides.
En su época, fue un autor muy reconocido ya que se sabe que ganó 13 veces el concurso de teatro que se conocía como las Grandes Dionisias. Se sabe que escribió unas 70 tragedias, sin embargo, a nosotros tan solo nos han llegado 7 de forma completa e intactas.
Algunas de las obras de Esquilo más conocidas son:
Agamenón
Las Euménides
Prometeo Encadenado
Sófocles (496 a. C. – 406 a. C.)
Fue uno de los autores más renovadores e importantes de la Antigua Grecia. Su objetivo era conseguir obras más actuales y que conectaran mejor con el público griego, por eso, incluyó algunos cambios en el subgénero como, por ejemplo, una mayor profundidad de los personajes, la aparición de un tercer actor, el aumento del coro de 12 a 15, etc.
Los historiadores indican que escribió alrededor de 120 tragedias, sin embargo, tan solo nos han llegado 7 creaciones completas y que, hoy en día, siguen siendo auténticas obras maestras.
Algunos títulos destacados de Sófocles son:
Edipo Rey
Electra
Antígona
Eurípides (484/480 a. C. – 406 a. C.)
Y, por último, hablaremos de Eurípides, otro de los poetas trágicos más destacados de la historia. Es el último autor que cultivó este género y, para muchos, fue el que más influenció a los escritores posteriores.
Escribió unas 90 obras de teatro pero, a nosotros, únicamente nos llegaron 19. Algunas de las obras más conocidas de este autor fueron:
Medea
Electra
Andrómaca
Helena
Orestes
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